Tres mujeres mueren y llegan a las puertas del cielo donde las recibe San Pedro. San Pedro se dirige a la primera de las mujeres:
“A ver hija, �ning�n pecado en tu vida?” “No, San Pedrito.” “�Nunca le fuiste infiel a tu marido?” “No, nunca.” “�Ni con el pensamiento?” “Nunca, ni con el pensamiento.” “Bueno, entonces toma: las llaves del cielo.” “Gracias San Pedrito, gracias.”
San Pedro se dirige ahora a la segunda mujer:
“Y tu, hija m�a, �le fuiste infiel alguna vez a tu marido?.” “No, nunca.” “�Ni con el pensamiento?.” “Ehhhh, s�, una vez.” “Entonces toma, la llave del purgatorio. La que sigue.”
Entra la tercer mujer. Un cuerpazo, toda pintada, jeans super ajustados y un escote ampl�simo:
“Ehhh… Este… ehhh… mmm, dime, hija m�a, �y t�?” “Mira San Pedrito, la verdad es que yo s� me met� con todos los que pude: con el panadero, el lechero, el jardinero, el polic�a de la esquina, el sobrino de mi esposo, el cu�ado, el jefe, 3 de sus amigos…”
San Pedro la interrumpe: “Ya hija, suficiente, toma, la llave de mi cuarto.”