Se encontraba un tontiland�s en una reuni�n muy refinada.
Estaban sentados comiendo cuando a una joven se le escapa un peque�o peo, pero perceptible por la dem�s comunidad.
En eso se levanta un caballero y muy cort�smente dice:
“Disculpen, algo me debe haber ca�do mal.”
Mientras el tontiland�s pensaba: “Qu� noble su acto, si vuelve a pasar yo tambi�n lo imitar�.”
Justo en ese momento una vieja guatona se tira un tremendo peo que se escuch� en todo el establecimiento, se levanta el tontiland�s y dice:
“El peo de la vieja corre por mi cuenta.”