Parte plaza en Madrid el gran torero Manolo con toda su cuadrilla atr�s de �l. Va con su soberbio caminar sosteniendo con el brazo izquierdo su muleta. En ese momento un aire le tumba la montera de la cabeza y para no perder la compostura le tira el agarr�n por la espalda con su mano derecha y sigue su marcha. En eso, oye al muletero decir:
“�Suete, matadooo!”
“�Gracia, muetero!”
Vuelve a escuchar:
“�Suete, matadooo!”
“�Gracia, muetero!”
Por tercera vez escucha:
“�Suete, matadooo!”
“�Pero, po qu� tanta suerte, muetero?”
“No le estoy diciendo: suerte, matador. �Le digo suelte que me trae agarrado de los cojones!”