Llega un ni�o a la tienda y se dirige al tendero:
“Me da diez pesos de esos dulces que est�n hasta arriba”.
El tipo va por la escalera y la coloca debajo del anaquel; sube por los dulces; baja de la escalera y despacha al peque�o; vuelve a colocar los dulces en el estante; se baja y guarda la escalera. En eso, llega otro chiquillo:
“Me da diez pesos de esos dulces que est�n hasta arriba”.
El hombre va por la escalera y la coloca debajo del anaquel; sube por los dulces; baja de la escalera y despacha al ni�o; vuelve a colocar los dulces en el estante; se baja y guarda la escalera. En cuanto la guarda, llega otro chiquit�n:
“Me da diez pesos de esos dulces que est�n hasta arriba”.
El abarrotero, ya algo molesto, va por la escalera y la coloca debajo del anaquel; sube por los dulces; baja de la escalera y despacha al ni�o; vuelve a colocar los dulces en el estante, cuando ve que se acerca otro ni�o. Esta vez, decide esperar arriba de la escalera y se adelanta al menor:
“�T� tambi�n quieres diez pesos de estos dulces que est�n aqu� arriba?”
“No”, contesta el ni�o.
El hombre deja los dulces en el estante; se baja y guarda la escalera y se dirige al chico:
“�Qu� vas a querer?”
“Yo quiero cinco pesos de esos dulces que est�n hasta arriba”.