Estan dos invidentes frente a la puerta de Catedral, cantando con sus guitarras una trist�sima cancion…
Se acerca un tipo elegante y bien vestido y le dice a uno de ellos: “Buen hombre… le voy a dar algo para que no vuelva a cantar en su vida.”
El cieguito afortunado, emite un gru�ido y su compa�ero interpret�ndolo como de satisfacci�n, le pregunta: “�que te dio, cabr�n, que te dio?
Y el afortunado contesta, con voz apenas distinguible: “��Un navajazo!!”