Estaba un tipo sentado en una banca del parque de la ciudad sin un cinco en el bolsillo y con unas ganas terribles de fumar. Desesperado estaba cuando se sienta un tipo en el extremo de la banca y se saca del bolsillo de saco un paquete nuevo de cigarrillos; lo abre, saca uno, lo enciende y se echa una bocanada de humo que se v� que lo saborea.
Nuestro amigo piensa que ya se acabaron sus problemas, por lo que decide pedir a su reciente acompa�ante un cigarrillo:
“�Me regalas un cigarro?” le dice.
El reci�n llegado lo ve de pies a cabeza y fr�amente responde:
“No.”
Desconcertado, el primero no sabe qu� hacer ni decir, por lo que le propone:
“�Me dejas la mitad?”
“No”, responde del modo m�s indiferente.
Desesperado, nuestro protagonista ruega:
“�Me permites un sorbo?”
“No”, recibe como �nica respuesta nuestro infortunado amigo.
“�Me podr�as regalar la colilla?” se aventura a solicitar.
Como �nica respuesta recibe una mirada de desd�n.
Y sin saber qu� hacer, qu� decir ni c�mo convencerlo, se tira de rodillas desesperado al suelo con las manos juntas e implora:
“�QU�MAME! �POR FAVOR, QU�MAME!”