Eran las tres de la

Eran las tres de la ma�ana, cuando un borracho llega hasta la puerta de su casa. Haciendo gran esc�ndalo este despierta a su mujer que desde el segundo piso se da cuenta que el borracho (su esposo) no pod�a entrar.

En eso la mujer le dice al borracho:

“Mi amor, aqu� te van las llaves.”

Y el borracho le contesta:

“Mejor t�rame el hoyo, que es el que no encuentro.”

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