D�a domingo, en la tarde. Llega un cadete de la Escuela Militar a confesarse:
“Me acuso, padre, de haberle acariciado las tetitas a una amiguita”.
“Pues bien, 2 padrenuestros de penitencia”.
Llega un cadete de la Escuela de Aviaci�n:
“Me acuso, padre, de haberle mamado las tetitas a una amiguita”.
“Pues bien, 2 credos de penitencia”.
Llega un cadete de la Escuela Naval a confesarse:
“Me acuso, padre, de haberle mamado las tetitas y el chocho a una amiguita”.
“Pues bien, 2 credos y 2 avemar�as de penitencia”.
Llega un seminarista a confesarse:
“Me acuso, padre, de haberle echado un polvo a una amiguita”.
Y el cura sale del confesionario y grita: “�Tres ras por el seminario, ras, ras ras!