Samuel llega al Banco Central con su BMW de 80.000 d�lares; apenas entra sale el gerente a recibirlo pues es el cliente m�s importante del banco.
“Si, se�or Samuel, �qu� desea?” pregunta el gerente con entusiasmo.
“Necesito un prestamo.”
“Pero no lo puedo creer, con todo el dinero que tiene en dep�sito.”
“No importa, necesito el pr�stamo o me llevo la plata a otro banco.
“Noo por favor se�or Samuel, usted dir� cuanto necesita.”
“Necesito que me prestes un dolar por un mes.”
El gerente lo mira extra�ado: “�Un dolar!”
“S�, un dolar. �Si no, retiro todo el dinero y me voy a otro banco!”
“Est� bien, no se me enoje se�or samuel, vamos a hacer los papeles y ya puede pasar por caja.”
“El inter�s es 3% �no? as� que te tengo que devolver 1,03 d�lares �verdad? Bueno, pues quiero que me tomes el BMW en garant�a por un mes hasta que devuelva el pr�stamo.”
“Pero no hace falta”, dice el gerente.
“Nada. Me tomas el BMW o me enojo.”
“No no, est� bien. D�jelo en la cochera del banco en el segundo piso, y lo viene a buscar el mes entrante.”
Sale Samuel contento del Banco y llama por el celular a su esposa; Rebeca, sabes que ya podemos hacer ese viaje a Europa; consegu� cochera barata a 1,03 d�lares todo el mes.