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Estaba un tipo sentado en una banca del parque de la ciudad sin un cinco en el bolsillo y con unas ganas terribles de fumar. Desesperado estaba cuando se sienta un tipo en el extremo de la banca y se saca del bolsillo de saco un paquete nuevo de cigarrillos; lo abre, saca uno, lo enciende y se echa una bocanada de humo que se v� que lo saborea.

Nuestro amigo piensa que ya se acabaron sus problemas, por lo que decide pedir a su reciente acompa�ante un cigarrillo:

“�Me regalas un cigarro?” le dice.

El reci�n llegado lo ve de pies a cabeza y fr�amente responde:

“No.”

Desconcertado, el primero no sabe qu� hacer ni decir, por lo que le propone:

“�Me dejas la mitad?”

“No”, responde del modo m�s indiferente.

Desesperado, nuestro protagonista ruega:

“�Me permites un sorbo?”

“No”, recibe como �nica respuesta nuestro infortunado amigo.

“�Me podr�as regalar la colilla?” se aventura a solicitar.

Como �nica respuesta recibe una mirada de desd�n.

Y sin saber qu� hacer, qu� decir ni c�mo convencerlo, se tira de rodillas desesperado al suelo con las manos juntas e implora:

“�QU�MAME! �POR FAVOR, QU�MAME!”

Molesto, un tipo se dirige al farmac�utico:

“Vengo a protestar por los preservativos de colores que me vendi� ayer”.

“�Qu� sucede?”

“Que desti�en y hacen que uno quede en rid�culo”.

“Pero es imposible que vengan defectuosos porque �sta es una marca reconocida internacionalmente y son muy caros”.

“Ya, ya, pero de verdad que el paquete estaba defectuoso”.

“Pero si tienen un control de calidad que ni te imaginas, es imposible”.

“�Pues yo le digo que s�!”

“�Pues yo le digo que no!”

En eso estaban, cuando se acerca un viejecito que estaba escuchando todo y se dirige al encargado:

“Pues yo le aseguro que este joven tiene raz�n, porque el paquete que me vendi� el otro d�a tambi�n estaba defectuoso”.

“�Tambi�n deste��an sus condones?”

“No, pero se doblaban”.

A young Irish lad had fallen in love with a girl and felt the relationship had
gone far enough to take her home to meet his family.
So, one fine Sunday evening the lad, his lady friend and the rest of the
family (17 or so people) were gathered around the dining room table.
The matriarch or the family asked the girlfriend, “So, tell me, lass, what is
your occupation?”
The girl hesitated and said, “Well, Mrs. O’Malley, I’m a prostitute.”
Immediately the lad’s mother fainted and was surrounded by a dozen family
members who splashed her face with water. Finally, she regained consciousness,
returned to her seat. Soon, the family calmed down and resumed the meal.
At that point, the mother asked again, “Forgive me, diaries. I don’t think I
heard you correctly…. what is your occupation?”
Again the girl answered, “Mrs. O’Malley, I’m a prostitute.”
The mother laughed and said, “Oh my, diaries, for a moment there I thought you
said you were a Protestant!”

Un ambicioso entrenador de un equipo femenil de atletismo decidi� darles grandes dosis de hormonas a las chicas para mejorar su rendimiento. Por supuesto, el equipo empez� a mejorar sus resultados. Pronto ganaron las competencias locales, despu�s las estatales y finalmente vencieron f�cilmente en la competencia nacional.

Despu�s de la competencia, Pen�lope, una de las chicas m�s veloces del equipo, se acerc� al entrenador y le confi�:

“Oiga, entrenador, tengo un problema. Me ha estado saliendo pelo en el pecho…”

“�Qu�!”, exclam� el entrenador, muy alarmado. “�Qu� tan abajo te llega?”

Y ella le responde:

“Hasta los huevos. �sa es la otra cosa de que quer�a hablarle…”

Una se�ora de edad quer�a tener sexo, y como ya andaba en sus ultimos dias de vida, decide ir a un prost�bulo de hombres.

Al llegar, se pone a checar una tabla de la longitud de los penes y el precio.

Juan – 20 cent�metros – $1,000
Manuel – 30 cent�metro – $1,500
Goyo – 50 cent�metros – $2,500

Entonces la viejita decide meterse con Goyo, para que seg�n ella el recuerdo perdure.

Al terminar, la viejita sale del cuarto caminando con las piernas algo abiertas por el tama�o del miembro reci�n introducido y se va caminando a su casa, pero como quedaba algo lejos por el camino normal, la se�ora toma un atajo para llegar m�s rapido y se va por un callej�n oscuro.

De pronto, sale un ladr�n con un cuchillo y le dice a la viejita con tono amenazador:

“�Deme el dinero, o la degollo!”

Entonces la viejita le dice asustada:

“�Tome todo el dinero, pero la de Goyo ya no!”