Un polic�a se encuentra en una esquina cumpliendo su horario de vigilancia, cuando se le acerca un ni�o:
“Por favor, se�or polic�a, �podr�a usted decirme la hora?”
“Claro, jovencito, son las once menos diez minutos”, responde el oficial.
“�Bien, cuando sean las once ch�pame el pito!” responde el ni�o y sale disparando.
El agente comienza a perseguirlo; cuando llega a la siguiente esquina otro polic�a lo para y le pregunta que por qu� tanto apuro. Entonces, el perseguidor le cuenta lo ocurrido.
“�Y por qu� te apuras tanto, si a�n faltan cinco minutos para las once?”